¿Eres de los que detestan
este ejercicio o de los que lo incluyen como un básico en tu entrenamiento de
extremidad inferior? Como poco a poco iréis comprobando, un ejercicio no es
bueno o malo por sí mismo, sino que viene determinado por multitud de factores
que, siendo utilizados estratégicamente, pueden acelerar el logro de nuestros
objetivos. Pero afirmar el hecho de que un squat
siempre es un buen ejercicio, sin controlar las variables que lo envuelven,
puede lastrar nuestra progresión e incluso provocar lesiones.
El análisis del squat es muy complejo. Por ello, vamos a
centrarnos en el caso especial del squat
en máquina multipower.
Dónde están las fuerzas
Siempre que analizamos un
ejercicio, lo primero que debemos preguntarnos es dónde se encuentran las
fuerzas, ya que ellas son las que van a entrar en contacto con nuestro cuerpo y
van a producir efectos que pueden
beneficiarnos o perjudicarnos. En este caso, tenemos que buscar los puntos de
contacto de nuestro cuerpo con elementos externos.
Hay dos puntos de
contacto: la barra y el suelo. Nuestra
intención será la de “estirar” el cuerpo cada vez que levantamos la barra. Para
ello, realizamos dos fuerzas contrarias en la misma dirección pero sentido
opuesto. Por lo tanto, podemos crear una línea imaginaria que conecten ambos
puntos de contacto, la cual nos servirá para analizar gráficamente qué sucede,
en los siguientes epígrafes.
Debido a que vamos a
focalizar el squat en multipower en
el entrenamiento de extremidades inferiores, obviaremos la repercusión de la
fuerza en el punto de contacto de la barra (que dicho resumidamente, hace que
trabajemos los extensores de columna vertebral).
La fuerza que aplicamos
al suelo nos será devuelta (llamada fuerza reactiva). El valor de esta fuerza
será la de la masa del cuerpo más la masa que hayamos añadido en la máquina, y
la dirección será la de la línea trazada anteriormente.
Como podemos observar en
la imagen, estas fuerzas son las que debemos vencer al realizar el squat. Pero en función de la distancia
entre la vertical de la guía de la barra respecto a la posición de los pies, estas fuerzas variarán y determinarán el
ejercicio.
Distribución de fuerzas en función
de la posición
Si hacemos un diagrama de
fuerzas en dos posiciones, una con los pies en la vertical de la guía y otra
con los pies separados a una distancia de dicha vertical, podemos encontrarnos
la siguiente situación:
Debemos tener en cuenta
que la fuerza reactiva irá hacia el otro punto de contacto. Por lo tanto, si
hacemos una descomposición de las fuerzas, veremos que a más distancia se pongan
los pies de la vertical de la guía, mas fuerzas de fricción.
Esta variación de la dirección de la fuerza resultante
dependiendo de dónde coloquemos los pies, va a resultar en un mayor trabajo de
ciertos grupos musculares. También provocará que lleguen fuerzas de cizalla
a la rodilla.
¿Movimiento predecible?
El squat no es una cadena de restricción mecánica, sino que es una
cadena cerrada no restringida. Esto significa que existen varias opciones a la
hora de realizar un squat y que cada
persona realizará un movimiento determinado en función de su sistema
músculo-esquelético. Por lo tanto, “enseñar”
una forma única de cómo se debe realizar un squat (tipo “El squat
perfecto”) es admitir que sólo existe
una única manera de realizarlo, y esto es incorrecto.
La resistencia que llega a nuestras articulaciones
PLANO SAGITAL
Desde este plano, y
viendo que los músculos más implicados son los extensores de rodilla, podemos
determinar que el grupo de cuádriceps
son altamente estimulados.Como podemos observar en
las imágenes, donde las proporciones de los miembros y tronco son iguales, la
longitud del brazo de momento es una manera gráfica de representar la
resistencia que llega a cada articulación. Con los pies desplazados hacia
delante, la resistencia que llega a la articulación de la rodilla es más alta
cuando tenemos los pies delante, mientras que la cadera negociará menos con la
resistencia. Es decir, simplemente variando
la posición de los pies, podemos aumentar la implicación de los extensores de
rodilla, permitiendo una estimulación mucho mayor de estas fibras y trabajando
con un rango de movimiento bastante amplio.
Cuando hablamos de
fuerzas de cizalla, es común asustarse. Como cualquier tipo de fuerza que llega
al cuerpo, si ésta es tolerada en una dosis determinada producirá un efecto
beneficioso en nuestros tejidos. Incluso un ejercicio considerado como “bueno”
es posible que produzca efectos negativos si no controlamos las variables.
PLANO FRONTAL
Como hemos dicho
anteriormente, el squat no es una
cadena de restricción mecánica. Por ello, la situación de las rodillas puede
variar en función de la capacidad contráctil de la musculatura, de posibles
lesiones o dolencias en las que el cuerpo intenta buscar soluciones con otros
músculos, o por el uso estratégico por parte del entrenador.
Vemos que la fuerza es
vertical si contamos con que no realizamos intencionadamente una fuerza con la
parte medial o lateral del pie. Podemos encontrar tres posibilidades: genu varo (ángulo entre ejes
diafisarios de tibia y fémur menor de 175º), genu valgo (ángulo mayor de 185º), y una posición “neutra” (ángulo de 180º).
En posición de genu varo
(sacando las rodillas), podemos ver cómo la fuerza pasa medial a la rodilla. Es
decir, la fuerza genera una aducción de rodilla. Este movimiento cinemático no
existe en la rodilla debido a la congruencia articular. Sin embargo, cinéticamente si puede existir. Por lo
tanto, la musculatura que controla la rodilla en la parte lateral y que puede
crear una abducción de rodilla tendrá que trabajar para contrarrestar dicha
fuerza. La musculatura encargada podría ser el bíceps femoral, vasto lateral,
el TFL e incluso las fibras laterales del gastrocnemius. Dicha musculatura
deberá generar una fuerza extra para impedir que las fuerzas puedan
desestabilizar la articulación.
En el caso contrario
(metiendo rodillas hacia adentro), la fuerza estaría generando abducción de rodilla.
Por lo tanto, la musculatura que puede generar ABD de rodilla (hacia medial)
tendrá que trabajar: gastrocnemius fibras mediales, vasto medial, semimebranoso
y semitendinoso, sartorio o aductor gracilis.
Estos fenómenos pueden
ocurrir simplemente señalando las puntas del pie hacia fuera (genu varo) o
hacia dentro (genu valgo). Por ello, es
muy importante incluso la orientación de la punta de los pies.
Las proporciones óseas
Es evidente que las
proporciones óseas van a determinar el movimiento. Una persona con un fémur más
largo en proporción a su tibia modificará las posiciones articulares de las
otras articulaciones. Sin embargo, esto es un tema un poco extenso que
requeriría un artículo por sí sólo. Por ello, nos quedaremos con la idea de que
las proporciones de las longitudes óseas
determinarán el movimiento del squat,
y como consecuencia, la participación muscular.
Participación muscular
Haciendo un resumen de lo
que hemos dicho anteriormente, en un squat
vamos a trabajar (el grado de implicación dependerá indudablemente de la
posición de los pies y de las longitudes de las palancas óseas) los siguientes
grupos musculares en el plano sagital:
- Extensores de rodilla
- Extensores de cadera
- Flexores plantares
Abriendo las piernas
Una variación que es
posible ver en las salas de fitness es abrir las piernas. Esta variación lo que
provocará es que el fémur vaya hacia lateral, por lo que cada vez habría más
fuerzas metidas en el plano frontal. Sin embargo, lo más importante a destacar
es que cuanto más abramos, más rotación externa de cadera estaremos
introduciendo en el ejercicio. ¿Es rentable trabajar la extensión de rodilla y
cadera en posiciones de rotación externa de cadera? Desde un punto de vista de
efectividad, quizás no sea lo más conveniente. Sin embargo, habría que estudiar
el caso y ver si es una posición que debemos reforzar por algún motivo en
especial.
Intención
La intención forma parte
de las variables que pueden modificarse. Un
mismo ejercicio, con diferente intención, puede proporcionar un estímulo
diferente. Si nos vamos al ejemplo del squat,
cambiar la realización de la fuerza con la puntera o con los talones modifica
la fuerza reactiva, y por tanto, modificará la participación muscular.
Diferencias y similitudes del “squat” tradicional
con multipower
Una de las diferencias más
notables es la estabilidad que la
máquina multipower otorga. Gracias a que la carga está guiada, es posible
levantar más peso, ya que no habrá mucha musculatura involucrada en mantener
una posición o movimiento estables (por ejemplo, todo el “core” trabajará mucho
menos que en un squat con barra o
mancuernas).
Otra gran diferencia es la posibilidad de ajustar la resistencia en
la rodilla y cadera variando la posición de los pies, algo que debido a las
características de la carga, no se puede hacer en un squat con peso libre.
Y por último, la gran
similitud en cuanto a la resistencia que puede llegar a las articulaciones en ambos
ejercicios. El squat con peso libre
tiene la dificultad de que nuestro movimiento está determinado a controlar la
carga dentro de una base de sustentación. Es decir, aunque el movimiento de las
palancas óseas no sea igual en todos los individuos, sí que es verdad que el
sistema debe solucionar cómo contrae la musculatura para no salirse de esa base
de sustentación (habrá personas que trabajarán más con la musculatura de la
cadera y otras con la de rodilla). Sin embargo, aunque este problema no se da
en una máquina multipower, sí es cierto que podemos imitar una situación
parecida, aunque, como hemos dicho anteriormente, la no necesidad de ajustar la carga dentro de una base de sustentación
hará que no haya que hacer un trabajo de estabilización importante.
Conclusión
Para terminar, es
importante mantener algo en mente: un
ejercicio no es malo o bueno por sí solo, sino en función de nuestras
características o las del cliente, tener la capacidad de manejar las variables
que pueden influir en el ejercicio. Los conocimientos en anatomía, fuerzas,
y los mecanismos que forman parte del proceso de captación de esas fuerzas por
parte del cuerpo humano y orquestar una respuesta determinada, deben ser la
piedra angular de nuestro conocimiento del ejercicio, y no manejar unas
“recomendaciones” sin estudiarlas a fondo caso por caso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario