martes, 8 de julio de 2014

Lo que Ferran Adrià podría hacer por nosotros

Con su nuevo proyecto pretende sentar las bases de lo que significa la cocina. Qué es, cuáles son sus fundamentos, y en definitiva, establecer unas bases. Y es totalmente extrapolable al campo del ejercicio.

Viendo un programa hace unos días, contaba cómo un tomate exprimido en un vaso es un zumo, pero en un plato sopero es una sopa de tomate, y en unos espaguetis es una salsa de tomate. Es decir, a pesar de ser el mismo producto, el continente y el modo de presentarlo cambian lo que es. Pero sin embargo sigue siendo lo mismo: un jugo de tomate.

En el ejercicio viene a suceder algo parecido. Cuando aplicamos una fuerza alta y es soportada durante unos pocos segundos, es fuerza máxima. Cuando dura mucho tiempo la llamamos resistencia, cuando la aplicamos con un TRX se llama de suspensión, etc. Hay cientos de nombres dependiendo de las herramientas utilizadas, modo, posiciones, duración, etc. Pero sin embargo el estímulo que aplicamos es en esencia el mismo: son fuerzas.

Cuando creamos un programa de entrenamiento a una persona o a nosotros mismos, definimos repeticiones, series, herramientas a utilizar, tiempos, grupos musculares, etc. Pero en esencia, con lo que trabajamos es con una determinada fuerza. El análisis del cómo, dónde o cuánto siempre deben ir precedidos de qué, y siempre tendrán como consecuencia el porqué. Manejamos porqués: mejorar la resistencia aeróbica, salto vertical, levantamiento de peso… Y el problema es que no manejamos los “qué”.

El qué es el fundamento. Y como tal debe ser aprendido correctamente. Sus consecuencias y variantes vendrán precedidas de un conocimiento profundo y esencial  debidamente adquirido.

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